¡Han sido 18 meses!
Llegó el momento en el que esta etapa de nuestras vidas llega a su fin.
Nunca pensé que lograría llegar tan lejos con la lactancia. Tampoco que me costaría tanto decidir que ya era el momento de hacerlo, la sentía muy pegada a mi yo a ella.
Pero la lactancia es un trabajo 24/7 y si, es cierto que tiene demasiados beneficios, pero también tiene otra realidad, y es que consume mucho tiempo, resta muchas noches de sueño y cuando tenemos que hacer otras obligaciones comienza a hacerse cuesta arriba.
En mi experiencia, se me hizo mucho más difícil dejarla, que el mismo hecho de establecerla. Pero como me dijo una gran amiga, “cuando ya deja de hacerte feliz, es hora de dejarla”. Y así me pasó. Pasamos varios meses intentando que dejara el pecho, pero no lo lográbamos. Entre mi esposo y yo hicimos que probara todas las leches del mercado, sin tener éxito pues ninguna le gustaba. Consultamos con su pediatra y nos recomendó ofrecerle yogurt y queso para complementar su dieta con el calcio necesario, así que ya era solo momento de asumir la acción de destetar y ponerse manos a la obra.
Nos apoyamos mucho en mi horario de trabajo, justo me tenía que ir en las horas que yo pensé que más me costaría, muy tempranito en la mañana y luego para su siesta. Pero papá se apoderó de la situación y logró distraerla con otros alimentos, luego pasaba la mañana en el colegio y al llegar a casa, apenas almorzaba se quedaba dormida para su siesta. Sin darnos cuenta en menos de un mes, logramos el destete diario.
Para el destete nocturno decidí tomar un curso, para eso contacté a una gran amiga (Lactancia Ideal) quien ofrece un taller con técnicas muy buenas para lograrlo de forma respetuosa, no me veía en ese papel de dejarla llorar sola en su habitación hasta que se acostumbrara y se durmiera sola. Una vez más, el papá jugó un rol súper importante, pues logró establecer una nueva rutina de sueño en la que ella se quedaba tranquila y comenzó a quedarse dormida sin su adorada -titi-. Al cabo de tres noches habíamos logrado dejar por completo la lactancia y cerrábamos una etapa que como familia habíamos asumido por 18 meses.
Fue experiencia espectacular. Y por supuesto, espero que la vida me permita poder hacerlo nuevamente cuando tenga otro bebé. Y ahora ha llegado el momento de ocuparme de mi y poder hacer algunas cosas que antes sentía limitadas, y también me toca asumir las muchas otras cosas que puedo hacer con mi bebé para seguir fortaleciendo nuestra relación. Pues muchas veces el vínculo que establece la lactancia es tan fuerte que no olvidamos de tantas cosas que podemos hacer para estar con nuestros bebés. Así que fue un buen momento para explorar sus intereses y crear juegos, canciones y momentos únicos de las dos.
Quiero agradecer a todas las personas que me han acompañado desde el principio, pero sobre todo a Emilia, que llegó a mi vida para demostrarme lo capaz que es mi cuerpo y por haberme enseñado a dar y demostrar el más puro amor que se puede sentir por alguien.
Como reflexión quiero expresarles que en la maternidad las decisiones que tomes deben hacerte sentir feliz y segura, así sea algo nuevo. También la importancia que tiene buscar ayuda para informarnos, aprender y compartir conocimientos; así como también es buscar la ayuda cuando sientes que ya no puedes más. Para terminar, a pesar que la lactancia es «tarea de mamá», no tienes idea la cantidad de cosas que puede hacer papá para complementar, lo mejor es dejarlos que se involucren en todo y participen desde el principio, así la carga será menos, ellos podrán asumir su rol con mayor facilidad; recuerda que la crianza es compartida.
¡Gracias!